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Historia de la ciencia y enseñanza de las ciencias
Stephen G. Brush
Rx.
Los historiadores de la ciencia reclaman el derecho a ser útiles en educación enfatizando, no la comprensión restrictiva y pobre de la historia como recuento de lo obsoleto, sino su aspecto de reflexión y filosofía sobre el saber actual desde el anterior: El artículo presenta ejemplos de un uso estimulante y creador de la historia, en la enseñanza de las ciencias.
¿Cómo podemos mejorar el conocimiento general de la ciencia entre nues-
tros ciudadanos? La situación actual de regreso de la preocupación por la cali­dad y efectividad de la enseñanza incluye el tratamiento de temas tales como la motivación de los alumnos para aprender materias que consideran difíciles,
cambiar el concepto público de los científicos animando a una participación
informada en las decisiones sobre los usos de la tecnología y transmitir una ima­gen de la ciencia como parte de la cultura. Para alcanzar estas metas, los educa­dores han recomendado a menudo el uso de la Historia de la ciencia'.
En este artículo analizo brevemente qué puede ofrecer la Historia de la ciencia
a la enseñanza de las ciencias y en particular cómo se ha utilizado ya en un proyecto de curso de ciencias de éxito.
Permítaseme primero exponer que la «Historia de la ciencia» no es una sim­ple colección de libros y artículos esperando salir de las estanterías para inyec­tarse en los cursos. Al igual que la ciencia o la enseñanza, es una empresa en curso realizada por personas con sus propias metas, que pueden incluir o no la mejora de la enseñanza de las ciencias.
En los últimos 50 años la historia de la ciencia ha evolucionado desde ser una materia tratada en serio sólo por unos pocos estudiosos, aunque utilizada ampliamente en la enseñanza de las ciencias, a ser una disciplina académica es-
tablecida, en cierto modo aislada de la comunidad científica. Los historiadores profesionales de la ciencia, viéndose a sí mismos como historiadores más que científicos, han criticado a los científicos por promulgar el «whiggismo» gunos de ellos han sobrevalorado el contexto social a costa del contenido téc­nico de la ciencia.
Ahora, habiendo alcanzado un grado de madurez y aceptación por parte de
las humanidades y ciencias sociales, la Historia de la ciencia ha empezado a
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y al-
Comunicación, Lenguaje y Educación,
1991,
11-12,
169-180
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reconstruir los puentes hacia la ciencia. Los historiadores de la ciencia acogen a los científicos con interés por la Historia y ofrecen una variedad de materiales para explicar la ciencia a los alumnos y al público en general. Por su parte, los científicos entienden mejor el valor de una sólida investigación histórica y han apoyado sustancialmente las acciones y centros históricos en sus propias socie­dades, así como leído libros y publicaciones académicas que tratan temas de Historia de la ciencia. Esto es especialmente cierto en el caso de la Física, aun­que otras ciencias también han avanzado en esta dirección'. Ya se reconocen tanto las relaciones públicas como los beneficios pedagógicos de la Historia.
Los malos entendidos entorpecen aún la comunicación entre distintas disci­plinas académicas. Es preocupante ver que algunos educadores prominentes usan la etiqueta «Historia de la ciencia» en un sentido obsoleto y equívoco para ca­racterizar el acercamiento de los fracasos de tal procedimiento. En la última edición de una obra de refe­rencia ampliamente utilizada sobre investigación educativa, encontramos estos pasajes en un resumen de informes sobre enseñanza de la ciencia:
«En el procedimiento de "reconocimiento histórico" el profesor es responsable de exponer ante los alumnos un resumen de las conclusiones que han obtenido los científicos en el pasado. Enfrentado a pocos recursos, poco tiempo y un libro de tex­to lleno de vistas fugaces de logros científicos del pasado, aplica principalmente a una "historia científica" un método de enseñanza del tipo asignar-recitar-examinar... Aunque la motivación del alumno es muy baja, se le disculpa porque se entiende que la ciencia debe ser una materia rigurosa y difícil...
«Según estudios, en el nivel alto de tercer curso universitario la ciencia se enseña­ba como examen de disciplinas científicas, es decir, un curso con un "concepto-de­historia-de-la-ciencia"... El programa de ciencias era esencialmente un "leer-repetir" de un libro de texto de ciencias mezclado con demostraciones ocasionales de fenó­menos... Un control y disciplina fuertes eran mucho más fáciles de obtener y mante­ner si los alumnos leían y repetían en vez de dedicarse realmente a experimentar y pensar» (Butts, 1982).
tradicional
a la enseñanza de las ciencias, culpándola
¡Esto es exactamente lo contrario de lo que entiendo por un acercamiento histórico! La esencia de tal procedimiento no es simplemente exponer las con­clusiones, sino mostrar cómo se llegó a ellas y qué opciones se alegaron plausi­blemente; ciertamente, el procedimiento histórico pide pensar y, en muchos casos, experimentar.
Hace veinte o treinta arios, al tratar este tema se podrían haber descrito los beneficios que de las ciencias, con sólo pruebas anecdóticas para apoyar las afirmaciones. Pero hoy se puede señalar un proyecto importante de programa, el Curso de Física del Proyecto (Project Physics Course), desarrollado en Harvard con el apoyo de la Fundación Nacional de las Ciencias (National Science Foundation) como un ejemplo con éxito. El texto no presenta simplemente las conclusiones de la in­vestigación, sino que muestra cómo se obtuvieron; el curso no se basa por com­pleto en el texto, sino que tiene toda una serie de experimentos (incluyendo simulaciones de experimentos históricos), demostraciones, películas, transparen­cias y otros recursos. Algunos de los participantes en la redacción del texto de Física del Proyecto (incluido yo mismo) eran historiadores de la ciencia, como lo indicaban sus publicaciones y compromisos académicos del momento, aun­que también tenían preparación avanzada y experiencia investigadora en ciencias.
Según sus directores, las tres grandes metas de la Física del Proyecto Har­vard eran «diseñar un curso de Física orientado humanísticamente, atraer más
podrían
obtenerse de un acercamiento histórico a la enseñanza
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alumnos al estudio de la Física introductoria y averiguar más sobre los factores que influyen sobre el aprendizaje de la ciencia». De los varios efectos que espe­raban alcanzar, los dos primeros eran:
Ayudar a los alumnos a aumentar su conocimiento del mundo físico concen-
1.
trándose en ideas que caracterizan a la Física como lo mejor de la ciencia más que concentrarse en información aislada.
Ayudar a los alumnos a ver la Física como la actividad humana maravillosa-
2. mente multifacética que es en realidad. Esto implicaba presentar la materia con una perspectiva histórica y cultural, y mostrar que las ideas de la Física tienen una tradi­ción así como unos modos evolutivos de adaptación y cambio» (Rutherford, Holton
y Watson; prefacio; ver también Holton, 1978).
Después de llegar al mercado en 1970, el curso de Física del Proyecto fue ampliamente adoptado en los Estados Unidos. Las estimaciones cuantitativas del número de escuelas y alumnos con varios textos de Física no son muy con­sistentes unas con otras, pero es una afirmación razonable que, a mediados de los arios 70, alrededor del 15 por ciento de los alumnos de cursos de Física utili­zaban el curso de Física del Proyecto'. Se trata de un logro sustancial a la vis­ta del hecho ampliamente lamentado de que gran parte de los fondos federales colocados para el desarrollo de cursos en los arios 60 y principios de los 70 pro­dujeron material que alcanzaron menos del 5 por ciento de su audiencia prevista'. La introducción del curso de Física del Proyecto no ha alcanzado la
en cursos de Física a nivel nacional; al pare-
meta de aumentar la matrícula cer, si ha ganado ha sido a costa de otros cursos tales como el desarrollado antes por el Comité para el Estudio de la Ciencia Física (Phisical Science Study Com­mittee, PSSC). Hay ciertas pruebas de que sí aumentó la matrícula en aquellas escuelas donde se utilizaba', así que puede haber ayudado a compensar el des­censo general de matrículas en otros lugares. El curso se ha traducido a otros idiomas y continúa utilizándose en países como Italia.
El equipo del Proyecto Harvard incluía a varios especialistas en investiga-
ción y evaluación educativas y hubo desde el principio un esfuerzo sustancial
para determinar si el curso alcanzaba sus objetivos. Después de 1970, el uso
del curso en muchas escuelas atrajo proyectos de'otros investigadores no adscri-
tos al proyecto original. Algunos de estos estudios miraban específicamente ha­cia metas que se pretendían alcanzar con el acercamiento histórico.
Los primeros estudios mostraron que el Curso de Física del Proyecto cam­biaba sustancialmente las ban más histórica y filosófica que aquellos que estudiaban con PSSC; su conclusión era que el mismo curso era menos difícil y matemático y se disfruta­ba más con la lectura del texto (ver Ahlgrem y Walberg, 1973; Welch, 1973).
Glen S. Aikenhead (1974) encontró que «específicamente en cuatro áreas (las tácticas científicas, sus valores, sus funciones institucionales y la interac­ción de ciencia y sociedad) los logros del Proyecto excedían con mucho los del grupo de control»; los alumnos del curso de Física del Proyecto, además de no aprender a pensar en términos de un método «científico» típico, obtenían una apreciación de los papeles de procedimentos diversos, imaginación, confirma­ción e instrumentación en la búsqueda del conocimiento científico.
David J. Quattropani (1978) ha estudiado el cambio en la comprensión por parte del alumno de las relaciones entre ciencia, tecnología y sociedad en ocho clases de Física del Proyecto y diez de PSSC, en Connecticut. Ha indicado que el grupo de Física del Proyecto mejoró significativamente en este punto, aunque
total
actitudes
de los alumnos hacia la Física: la encontra-
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el grado de incremento hallado en este grupo «no era bastante para establecer una diferencia significativa entre los dos grupos». Concluía que «un acercamiento histórico a la ciencia es prometedor y debería explorarse más como método de incrementar la comprensión por parte del alumno de las relaciones entre cien­cia, tecnología y sociedad».
¿Se consigue el aumento en comprensión de la naturaleza de la ciencia y sus aspectos sociales a costa de un descenso en el do? ¿Sirve la lección de historia simplemente para «aguar» el curso y desviar tiempo y energía de la «ciencia real» hacia «lo banal»? Algunos críticos sí que han señalado que el texto de Física del Proyecto no llega a cubrir todos los te­mas de los libros de texto tradicionales, aunque los mismos críticos dicen que su tratamiento de los conceptos científicos básicos es «excelente» (ver Lehrman,
1982). Hasta el punto, que el Examen de Progresos en Física de la Junta Universi-
taria (College Board Physics Achievement Test) puede medir la adquisión de conocimiento científico, la respuesta parece ser que a los alumnos del curso de Física del Proyecto les va casi igual de bien que a los de otros cursos. Un análisis de las notas en el período desde mayo de 1970 hasta enero de 1974 mostró que los alumnos de Física del Proyecto tenían notas medias entre 570 y 608 (el má­ximo es 800), mientras que aquellos con cursos de física tradicionales tenían medias de 583 a 6079. Por supuesto que el último no es un auténtico «grupo de control», ya que se puede aconsejar a los alumnos con poco interés o capaci­dad para las ciencias escoger la Física del Proyecto, mientras que a los buenos alumnos con gran interés en Física se les puede aconsejar escoger cursos tradi­cionales o PSSC. Así, sería de esperar que los alumnos de Física del Proyecto obtuvieran notas significativamente más bajas incluso si el texto fuera igual de efectivo transmitiendo información técnica. La razón por la que sus notas no son significativamente más bajas se revela en otro experimento. El Examen de Física de la Universidad Pública del Estado de Nueva York (New York State Regents Examination in Physics) se entregó para su realización a una muestra nacional de alumnos y se descubrió que a los alumnos de Física del Proyecto que no procedían de Nueva York no les fue tan bien como a otros alumnos, pero dentro del estado de Nueva York les fue igual. Los profesores de Nueva York, sabiendo que sus alumnos se enfrentarían a este examen que afecta a su futuro académico, simplemente aprovecharon algo de tiempo de clase para im­partir materia que sabían que aparecería en el examen pero que no trataba el texto
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. Presumiblemente, se aplica la misma táctica a alumnos que deban ha-
cer el examen de la Junta Universitaria.
Por supuesto, se necesita más que un libro de texto, por efectivo que sea,
para progresar en el aprendizaje. Según Wayne Welch, la mayoría de los estu­dios de investigación indican que no más del cinco por ciento de la desviación en el aprendizaje del alumno se debe al programa. En el uso del acercamiento histórico, el papel del profesor es crucial. Sin embargo, la mayoría de los profe­sores de ciencias están poco o nada preparados en Historia de la ciencia. La supresión de los Institutos de Verano, un medio posible de ofrecer esta prepara­ción, fue un duro golpe para el éxito prolongado del Curso de Física del Proyec­to. Este o cualquier otro medio de ofrecer una base de Historia de la ciencia para profesores de ciencias parece ser esencial si debemos comprender todos los beneficios de los recursos puestos en el desarrollo del curso. Pero no hay nada malo en un procedimiento diverso, tratando algunos temas históricamente
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