Un cartucho de tinta es como una pluma estilográfica, cuando se agota su combustible, sólo tenemos que
rellenarla y continuará escribiendo.
Aunque esta es una forma simple de explicarlo, sin embargo es realista. Pero también tengo que apuntar,
que detrás de un cartucho, en particular los que llevan los inyectores incorporados, hay escondida una
tecnología asombrosa.
Un cartucho moderno, puede llevar más de 500 boquillas de tinta (inyectores) que son tan pequeños que
no pueden ser observados a simple vista. Dentro de estos inyectores, en los cartuchos de inyección térmica, hay unas pequeñas resistencias, que al calentar la tinta forman una burbuja que al explotar impulsa
una gota hacia el papel, y esto mismo lo repite cada inyector miles de veces por segundo, creando el
milagro de la imagen impresa. (En las piezo eléctricas el mecanismo de impresión está formado por unos
componentes cerámicos que tienen la propiedad de deformarse al recibir una corriente eléctrica)
Como es de suponer, no cualquier tinta es apropiada. Las tintas que se emplean deben estar formuladas
con ingredientes puros, ausentes de sales metálicas tales como las derivadas del sodio, el potasio, el
magnesio o el calcio (un poco de estos compuestos que cristalizan con facilidad, terminaría por cubrir las
resistencias y paredes de los microscópicos inyectores.) y de metales pesados que aumentarían la conductividad de la tinta al punto de producir cortocircuitos.
La tinta debe contener elementos antioxidantes, pues el agua de su composición junto con el oxígeno, en
no mucho tiempo corroerían los delicados componentes del cabezal de impresión. A su vez la resistencia
superficial de la tinta debe ser controlada por agentes tensioactivos para que sea lo suficientemente baja,
como para permitir su penetración fluida por capilaridad en los pequeños inyectores, pero no tan baja que
las gotas se rompan al ser expulsadas formando el efecto espray.
Además su tiempo de secado ha de ser lo suficientemente rápido para evitar que se abra en las fibras del
papel, dando una imagen con unos contornos borrosos, pero lo suficientemente lento para evitar que se
seque en el cartucho.
También debe contener fungicidas para evitar la formación de moho y antiespumantes para conseguir una
baja formación de espuma y la posterior disolución de ésta.
Además hay que tener en cuenta el color. Una buena tinta debe estar formulada para conseguir los mismos tonos que la tinta original del cartucho o incluso para mejorarlos. Y esto no es sencillo, ya que los
fabricantes de impresoras suelen cambiar sin necesidad la gama cromática que usan entre distintos cartuchos, para que así los fabricantes de tintas lo tenga más difícil. No sólo es importante conseguir que las
tintas permitan una reproducción fidedigna,si no que también es muy importante conseguir que esta dure
en el tiempo. Factores como el sol, pueden conseguir que una tinta de mala calidad pierda su color en
unas pocas horas. Por ello una tinta de calidad debe incorporar ingredientes que mantengan el color.
Quizá el factor que más peso tiene a la hora de decantarse por reciclar un cartucho, en vez de comprar
uno nuevo, es el económico.
Aunque cada vez es mayor el grado de concienciación ciudadana por la ecología y el medio ambiente, si
los cartuchos originales costaran una décima parte, muy pocos optarían por rellenarlos. Pero por desgracia los cartuchos originales son más que caros, al punto que algunos como el Hp 78 (30 ml. de tinta)
cuestan más de 70 euros, pero por suerte pueden ser recargados con tinta de excelente calidad por
menos de dos euros. En el siguiente artículo se compara el precio de la tinta de los cartuchos con el
caviar iraní.
Todos los fabricantes de impresoras desaconsejan todo tipo de recarga y reciclado, y aducen que aparte
de obtener mala calidad, podemos dañar la impresora. Y en parte tienen razón. Si utilizamos tintas inapropiadas, el cartucho está seco, dañado o no lo recargamos adecuadamente, sólo obtendremos impresiones pésimas y si además vertemos la tinta sobre la circuitería de la impresora, seguramente conseguiremos quemarla.
Pero ¿qué pensaríamos si los dueños de resturantes, desaconsejaran cocinar en casa alegando, que
aparte de comer mal, podemos sufrir una infección alimentaría y quemar el edificio?
Cada uno defiende lo suyo, y para los fabricantes el negocio está en los cartuchos. Ya no importa si hay
que regalar la máquina, cuantas más impresoras coloquen, más cartuchos venderán. Por eso a nadie le
extraña poder comprar una impresora con cartuchos, más barata que los cartuchos sin la impresora.
Pero claro, si la gente compra impresoras, luego recarga los cartuchos hasta que no dan más de sí y
entonces cambia de impresora, los fabricantes no ganarían. Y todos sabemos que a las multinacionales
no les gusta perder dinero.
¿Qué opinan gobiernos e investigadores?
Cada vez más gobiernos e instituciones se están concienciando de lo importante que es la preservación
del medioambiente. Gracias a esto se han promulgado leyes por las cuáles las administraciones públicas
deben usar con preferencia, cartuchos recargados en lugar de originales.
Ejemplo de esto es la administración americana que desde septiembre del 98, por orden presidencial
emplea preferentemente cartuchos reciclados.
Y podemos ver en el siguiente documento, cómo después de cinco años la administración americana
sigue utilizándolos con preferencia a los originales.
http://tis.eh.doe.gov/p2/ap/aptel20030626.doc
También por esas fechas la ministra española Isabel Tocino inició un plan para conseguir que en su ministerio, el 100% de los cartuchos de tinta que se usaran fueran recargados.
El centro de investigación del instituto Mauá de tecnología, realizó una serie exhaustiva de pruebas para
ver que tenían de ciertas las afirmaciones de los fabricantes de impresoras. Después de numerosas pruebas comparando impresiones de cartuchos nuevos, de cartuchos recargados y compatibles, descubrieron
que los cartuchos con tintas “no originales” que estaban probando, daban una calidad de impresión
mucho mayor que la de los cartuchos nuevos con tintas originales.
¿Por qué entonces tienen mala fama los cartuchos reciclados?
No sólo las afirmaciones de los fabricantes tienen la culpa. Mucha de la mala fama es cierta.
Debido a la diferencia abismal de precio entre un cartucho original y el coste de recargarlo, muchos vieron
en ello una oportunidad de negocio, y sin tener ni idea se pusieron a recargar cartuchos con tintas baratas
y a comercializarlos.
Otros se dedicaron a vender tintas universales que importaban de china por menos de dos euros el litro y
que después vendían en kits a 14 euros los 80 ml. con unas instrucciones pésimas, peores accesorios (si
los había) y sin soporte alguno.
Por desgracia todavía hay muchos que siguen trabajando así, incluso está floreciendo el negocio de vender el negocio, cursos que prometen hacer de ti, un especialista del reciclaje industrial en una semana.
No hay que dejarse llevar por los cantos de sirena. El reciclaje industrial es un oficio como cualquier otro,
que requiere de años de experiencia al lado de un buen oficial y gastarse decenas de miles de euros en
maquinaria y equipamiento.
También muchos usuarios de impresoras, recargan de forma descuidada cartuchos sucios o en mal estado y esperan que funcionen milagrosamente.
Para que la recarga funcione bien, es básico:
1- Tener un cierto grado de habilidad y sentido común.
2- Tener muy claro cómo hay que recargar el cartucho y entender porque hay que hacerlo así.
No basta con leer unas instrucciones, hay que entenderlas..
3- El cartucho no debe estar deteriorado, roto, sucio o seco.
4- Emplear la tinta apropiada y mantenerla en buen estado de conservación.
5- Usar las herramientas correctas y tenerlas siempre limpias.
¿Es la recarga para ti?
Si no has recargado nunca, pero te atrae la idea de ahorrarte un buen dinero, antes de mancharte las
manos, deberías pasar este test.
Si te sientes identificado con cualquiera de las frases, mejor compra cartuchos ya reciclados.
1- Raramente leo las instrucciones, no tengo tiempo para ello. Y si lo hago es por encima.
2- Si algo no me sale a la primera, desisto, no tengo paciencia.
3- Mi tiempo es muy valioso y no puedo perderlo en hacer experimentos.
4- Me horroriza la idea de mancharme las manos.
5- El bricolage no es precisamente mi fuerte.
Si te suena familiar cualquiera de las frases, ni lo intentes. Mejor vete a la tienda y compra cartuchos ya
reciclados, compatibles o sigue comprando cartuchos originales.
¿Qué puedo esperar usando vuestras tintas?
Puedes esperar el nivel más alto de calidad, pues nuestras tintas están fabricadas por Formulabs, empresa líder en su sector. www.formulabs.es y que es subsidiaria del líder mundial en fabricación de pigmentos y colorantes para la industria Sensient Technologies’. http://www.sensient-tech.com/solutions/inks.htm
Sólo trabajamos con tintas de la máxima calidad, específicamente formuladas para responder en cada
cartucho igual o mejor que las tintas originales.
Para su fabricación sólo se emplean compuestos químicos puros, y todas nuestras tintas han sido testadas rigurosamente, dando en las pruebas un rendimiento igual o superior al de las tintas originales. Tanto
en calidad cromática, como en resistencia al paso del tiempo.
Observa unas muestras de impresión de nuestras tintas comparadas con las originales.
No esperes milagros. Por muy buenas que sean nuestras tintas, no pueden hacer que un cartucho estropeado vuelva a imprimir.
Que un cartucho deje de imprimir o empiece a imprimir rayas blancas, no significa forzosamente que se
esté acabando la tinta. También puede ser que el cartucho se haya estropeado. Por más que lo recargues
si un cartucho tiene una avería grave, no lo harás funcionar.
Por eso es conveniente asegurarse, que el cartucho que vamos a recargar, está en condiciones de uso.
De lo contrario estaríamos perdiendo el tiempo. Esto es especialmente importante en los cartuchos que
incorporan electrónica.
El índice promedio de recuperación industrial de cartuchos arrojados en los contenedores para ser reciclados, es del 65%, el resto tiene que ser desechado por defectuoso.
Si tienes cuidado con tus cartuchos, puedes conseguir que más del 90% te aguanten bien dos o tres
recargas y que el 50% superen las seis. (Estas son cifras promedio. Los HP 15/45 suelen ser muy resistentes, mientras que los Lexmark adolecen de una gran fragilidad en su circuitería eléctrica y los Epson
superan con facilidad las seis recargas.)
En cartuchos con inyectores incorporados: Tanto por ciento de cartuchos problemáticos
Estás son cifras que se están barajando los profesionales del reciclado. Estos son cartuchos agotados por
completo y depositados en contenedores de reciclaje. A pesar de ser tratados a fondo no pueden comercializarse por presentar diversos tipos de fallos.
En cartuchos sin inyectores incorporados: Tanto por ciento de cartuchos problemáticos
Para los Epson y los Canon sin inyectores no hay una cifra semejante, pues sus cartuchos no tienen una
electrónica protegida por patentes y por eso se pueden fabricar compatibles a buen precio, no dejando
margen a los recicladores.
Por la práctica, los Epson y Canon con sistema de retención de esponja, si se dejan secar, tienen un porcentaje de fallidos del 20% incluso aún después de tratarlos. Si el cartucho tiene chip y no se ha tenido la
precaución de protegerlo para evitar roces o que sea manoseado, el porcentaje aumenta.
En cuanto a los nuevos cartuchos individuales Epson (C82, C64 etc.) el índice de fallidos es muy elevado
y resulta de lo más recomendable pasar de ellos y utilizar compatibles de fácil recarga.
Moraleja
Si quieres mejorar tu promedio de éxitos en la recarga, mima tus cartuchos.
Los principales cuidados que has de tener con tus cartuchos para que duren:
1º.- Recárgalos antes de que se gasten. Si esperas a que se agoten disminuyes su esperanza de vida e
incluso puede que se estropeen directamente. ( Los últimos modelos originales de Epson ( C82, C64 etc)
hay que recargarlos cuando el indicador de nivel de tinta marca el 50%)
2º.- Si esperaste a que se gastaran, recárgalos de inmediato. No esperes a que se sequen.
3º- Si es un cartucho con los inyectores incorporados o con chip, no toques con las manos desnudas los
inyectores o los contactos eléctricos. Tampoco roces o frotes estas partes. Son zonas muy delicadas, un
simple arañazo, un poco de grasilla de los dedos o una descarga de electricidad estática, pueden ser
causa de un mal funcionamiento o arruinar por completo el cartucho.
4º- No permitas que los inyectores trabajen en vacío, se quemarán o atascarán.
5º- No guardes los cartuchos sin la debida protección, pues se secarán.
Si tienes alguna duda entra en nuestros foros y pregunta. http://www.ahorraentinta.es
Recarga de cartuchos HP 26, 29, 20 con herramienta de recarga
Hp DeskJet series 500 y 600
Antes de comenzar la recarga, lee la introducción y el apéndice del manual, estúdiate bien estas
instrucciones, familiarízate con los componentes de recarga y si tienes dudas, antes de hacer
nada, pregúntanos o visita nuestros foros.
Importante: Durante todo el proceso de manipulación del cartucho tenemos que cuidarnos de no
tocar las partes eléctricas del cartucho, pues son muy delicadas. En particular la grasilla de las
manos o nuestra propia electricidad estática podrían dañarlo.
Si el cartucho lleva tiempo sin utilizar es conveniente hacer una limpieza de inyectores, antes de
recargar, siguiendo las intrucciones del apéndice.
Anatomía del cartucho
Inyectores
de presión negativa.
Este cartucho contiene una bolsa de plástico, que a su
vez contiene un muelle metálico, esta bolsa es la encargada de regular la presión interior del cartucho. La presión en el interior del cartucho es ligeramente inferior a
la del medio ambiente, por lo que la presión atmosférica externa se encarga de evitar que la tinta gotee. En
El sistema de retención de tinta que emplea es el de diferencia
Serpentín de aire
su lateral se encuentra pegada una tira de plástico
Inyectores
repletita de pistas eléctricas y contactos, en su parte
inferior se puede observar una chapíta metálica de color
dorado, que recubre la zona de los inyectores.
Recarga.
Para recargar estos cartuchos, no es necesario abrirlos. La tinta la introduciremos a través del
serpentín inferior, que forma parte del mecanismo de regulación de presión.
1º- Coloca el cartucho dentro del dispositivo de recarga
(Snap&Fill). Asegúrate que está correctamente encajado.
Serpentín de aire
Advertencia: Si al comenzar a introducir la
tinta observamos que el dispositivo gotea, es
que el cartucho está mal encajado.
2º- Toma con la jeringa 40 ml de tinta (prefe-
riblemente pigmentada) si vas a recargar un
cartucho de alta capacidad o 21 ml si es de los pequeños. La cantidad
máxima que admite el cartucho viene en la etiqueta del mismo.
Consejo: Si se tiene experiencia recargando estos cartuchos, se puede
probar a meterle algo más de tinta, pero si no, lo más recomendable es no
pasarse y así nos evitaremos que el cartucho nos gotee en la impresora,
es mejor quedarse un poco corto que pasarse.)
2º- Pon la jeringa en el dispositivo de recarga. (La jeringa no debe llevar
aguja)
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